Ya os he contado de dónde vienen las máscaras y los atuendos del miedo, pero ¿y las calabazas...? Pues bien, todo viene de las famosa leyenda de “Jack el granjero” o “Jack, el de la linterna”
La leyenda cuenta que un granjero llamado Jack, muy malvado y tacaño, recibió un día la visita del Diablo en busca de su alma para llevárselo al infierno. Pero Jack, siempre tan astuto, fue quien finalmente atrapó al Diablo, teniendo éste que acceder a no volver a molestarle y a que nunca pudiera reclamar su alma para el infierno, a cambio de su libertad.
El Diablo accedió al trato y le dejó ir, pero cuando Jack murió, se le negó la entrada al cielo y también al infierno, por haber pactado con el Diablo, y Jack se vio obligado a deambular por el purgatorio, con la única ayuda de un nabo hueco en cuyo interior ardía un carbón como única luz para los oscuros caminos del reino entre el bien y el mal.
Con el paso de los años, y cuando la tradición llegó a Estados Unidos, donde no había plantación de nabos, se empezaron a usar las calabazas iluminadas y talladas (se dice que con la cara de Jack…) para decorar las casas y así evitar que Jack o los espíritus malvados llamaran a sus puertas y proponer Truco o Trato
¿Ya tienes las calabazas en tu puerta….?
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